La chica de mi salón V


La chica de mi salón
V

Se me había hecho tarde y apurado fui a casa sin antes despedirme en aquel cruce donde siempre mis amigos y yo desde que empezamos ir solos a la primaria ha sido el punto de despedida. Ya que en ese cruce nuestras casas se encuentran más o menos conectadas. Lo único que sé es que cuando nos dimos de eso decidimos convertirlo en el mejor lugar para reunirnos y sobre todo despedirnos cruzando los puños y dando un giro ese, era nuestro símbolo de amistad. La comida ya estaba hecha y antes de llegar a casa me encontré a mi mama platicando en la calle algún chisme con una vecina, pero ya tenía la comida hecha para cuando llegara del colegio, eran las seis y media de la tarde y sin más subí a mi habitación, puse algo de Monochrome Clock en el estéreo y tome un libro que aún no terminaba de leer, pero de lo que ya llevaba como una semana más era suficiente para terminarla. Era un libro de ciencia ficción o algo parecido, pero era buena porque hablaba de un chico más joven que yo, quien perdido estaba en un país arábigo. Dejando atrás mi lectura pensé en las palabras de Diego, David y Cristóbal, si ellas estaban hablando de nosotros, lo que si era un hecho era que no estaban hablando quien de todos era el más apuesto, sino más bien los motivos o la gallardía de ir a molestarlas mientras practicaban su hobby. O simplemente éramos unos calenturientos y solo fuimos ver como movían sus traseros y como Jessica estaba usando el uniforme de la escuela, ver si en una de esas podíamos ver su braga, eso sería vergonzoso y no me gustaría que ella pensara así de mí. Quizás simplemente hablaron de otra cosa sin darle importancia lo que nos motivó ir al quiosco.

Al día siguiente mire fijamente mi cel. Y ya era un poco tarde, pero después vi como poco a poco se veía a la distancia a mis amigos, menos a David.
   — Vamos platicando mientras caminamos. — Dijo Alan.
   — Si David nos hubiera avisado que se iba a enfermar, no nos hubiera hecho perder el tiempo.
   — ¿Qué paso? — pregunte.
   — Llegamos un poco temprano y como vimos que no llegabas al igual que David pensamos en pasar por ustedes, pero primero decidimos ir por David y el no salía de su casa hasta que salió su mamá y ella nos dijo que tenía mucha fiebre y vomito. Entonces decidimos regresar y fue cuando te encontramos.
   — Que mal, me pregunto si mañana podrá asistir.
   — Creo que el sol le hizo daño, o quizás las hormonas. — comento burlonamente Diego.
   — Pues esperemos que este bien para mañana. Recuerden que tendremos clases de biología y tenemos que hacer equipos. — comento Cristóbal.
   — Es verdad, no estaría bien si el mañana vuelve a faltar. — mencione.
   — Hay que darnos prisa o llegaremos tarde. — dijo Cristóbal una vez más.
Ya dentro del salón vi a Jessica en su buta, quien al parecer estaba un poco enojada y más cuando nos vio entrar. Al principio me incomodé, pero después preferí dar omisión su enojo y me dirigí a mi butaca. Las clases estaban a punto de empezar. El profesor de ciencias sociales entro seguido con el profesor de biología.
   — A ver jóvenes, todos a sus lugares. ¡todos a sus lugares! — el profesor en turno levanto la voz a ver que nadie le hacía caso y lo cual funciono. Todos sin excepción fueron a sus respectivas butacas.

   — Bien, como saben mañana tendremos un trabajo de campo y todos deben formar equipos de tres o cuatro dependiendo para que así nadie se quede solo. — dijo el maestro de biología viendo al salón. — pero como mañana nos toca desde temprano y tomando la última vez que trabajaron en equipo voy a decidir con quién trabajaran, ya que esa vez hicieron lo que quisieron y no acataron órdenes. Y con la ayuda de el profe de ciencias que me hizo prestarme un poco de su clase y tiempo. Voy a nombrar a sus respectivos compañeros de equipo.

El profesor tomo su lista y menciono a cada miembro a tres por fortuna David me toco como compañero, sin embargo, la otra persona que iba a formar mi grupo iba a ser Jessica.


Lunes, miércoles y viernes por Meta Crónica


No hay comentarios.

Publicar un comentario