La chica de mi salón IV


La chica de mi salón
IV

Un poco nervioso mis amigos y yo caminamos hacia donde estaba Jessica y la otra chica quienes estaban cerca de un pequeño quiosco. Ellas sin percatarse seguían con su juego, pero después notaron que nos estábamos acercándonos hacia donde estaban ella, me puse más nervioso de lo que me había imaginado, subimos pos unos cuantos escalones que formaban parte del quiosco y una vez dentro David y Diego se detuvieron en seco era como si ellos los que habían propuesto que les habláramos se había ido esa tenacidad y valentina y ahora compartían la misma nerviosidad que yo. Alma la chica que acompañaba a Jessica nos miró un poco extrañada ella tenía el cabello largo y era un negro intenso y degrafilado, con un fleco que la hacía ver hermosa algo que no había notado y creo que eso fue lo que detuvo a David y a Diego. Inesperadamente Cristóbal camino y fuimos al otro lado del quiosco, posiblemente noto que el ánimo de Diego y David se había ido a no sé dónde. De reojo mire a Jessica y a Alma y esta última nos hecho otra mirada, pero más desafiadora como si esa mirada de ella dijera “que están haciendo aquí. No ven que ya está ocupado.” Era algo como si hubiéramos invadido su propiedad y con la mirada nos estaba echando, pero de todos era el único que había notado eso y los demás caminado ignorando esa advertencia.
   — De lo que nos salvaste Cristóbal. — decía Diego.
   — Su otra amiga también es bonita. — menciono David.
   — Si, realmente no me lo esperaba, las dos con muy hermosas. Si nadie le importa creo que iría por ella. Esta guapa. — comento Alan.
   — Bueno si realmente están interesados en su amiga porque se detuvieron. Pudieron ir más lejos que quedarse inmovilizados. — dijo Cristóbal.
   — Lo mismo pensé. — dije. — además creo que solo estamos estorbando, porque a ellas si les importo que estuviéramos aquí.
Ellas dejaron un momento los aros y haciendo lo mismo que nosotros se fueron a otro punto del quiosco y empezaron a platicar mientras veían lo que ocurría fuera. El calor era muy sofocante que incluso el frescor de la sombra que el quiosco nos daba no era suficiente, incluso subiendo las escaleras fue algo agotador.
   — Me pregunto si están hablando de nosotros. — menciono David muestras las veía.
   — No lo sé, creo que están hablando de otras cosas. Las chicas son así o eso creo. — comento Alan mientras jugaba con sus pies una piedra pequeña que estaba en el suelo.
     Si estuvieran hablando de nosotros sería algo trivial. Como si somos del salón de la chica nueva o si ella nos conoce o cosas así. No creo que hablen que alguien de nosotros le hemos gustado a una de ellas. — menciono Cristóbal mientras se rascaba la parte superior de la nariz.

Eso me recordó que Alma no me noto cuando tomo la mano de Jessica, posiblemente en su relación y lo poco que he visto quizás sea ella el hombre. Eso me recordó el momento donde ella la beso. Además, que pasaría si ahorita se besaran que dirían mis amigos, creo que sus ánimos se irían por el suelo como me paso a mí en su momento.

La chica de mi salón quien me gusta, pero que realmente ella no tiene interés en los hombres, de que quiso hablar conmigo. Ella y Alma empezaron abandonar el lugar, parecía como si nosotros hubiéramos salido victoriosos de aquel lugar. El sol de aquel atardecer sofocaba a cualquiera el sudor recorría mi frente y en mi pecho igual empapado estaba, pensé “que calor está haciendo” 

                          
Lunes, miércoles y viernes por Meta Crónica



No hay comentarios.

Publicar un comentario