Ser Humano

Mientras algunos filosofan sobre el universo, otros lo hacen con cuestiones que no van más afuera del planeta, o de un país, o de sí mismos. Un tema importante que jamás se terminará: el ser humano. Y lo hacen desde diferentes perspectivas: la psicología, la filosofía, la medicina, la física, la biología, la música y la literatura, etc. Es un tema que nunca acabará.
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En mi opinión, el ser humano es como una máquina que hace lo que quiere, obedece lo que se le pide (aunque solo lo que es beneficioso para él, y lo que no, lo piensa dos veces), y aprovecha lo que no es correcto. Es, cómo varios dicen, una máquina muy compleja.
El ser humano es impredecible pues en un momento puede decir y hacer una cosa, pero al segundo siguiente ya está diciendo y haciendo otra; es el “Perfecto Idiota Humano” (paráfrasis de “El Manual Del Perfecto Idiota Latinoamericano” de Álvaro Vargas Llosa) y, como todos saben, es un animal con instintos subconscientes pero que en un momento pueden estar a flote. Acomplejado pues su sociedad lo ha hecho “comprimirse” en sí mismo, distraído porque cada cosa le sorprende y si no lo hace entonces es aburrido y sin sentido, conformista pues no se da una oportunidad para avanzar en su rango social, se queda estático en su puesto y prefiere morir descansando que cansado, inútil porque así como no hace nada para progresar socialmente tampoco lo hace para hacerlo personalmente, y demás características que conviven con él, pero en ellas, pocas son los que se supone que nos diferencian de los animales, como el razonamiento, que a pesar de que es la más clara seña de que somos diferentes, nadie la entiende y nadie la utiliza como lo que verdaderamente es.
El ser humano quiere cambiarse a sí mismo y a los demás, pero solo se confronta a sí mismo y no llega a la conclusión óptima para lograr el cambio. Cree que el poder lo es todo hasta que se encuentra en una posición incómoda donde se da cuenta que es solo un insecto y que el verdadero poder es la inteligencia, la cual no la tiene, pues hubiera entrado en razón que es solo una banalidad que, por supuesto, hay hombres que no tienen conciencia y saben manejar muy bien el poder.
El ser humano trata de vivir aislado, solo, quiere no importarle a los demás, quiere, a fuerza, mostrar sus capacidades y demostrar que es mejor que los demás a pesar de no serlo; es un incrédulo que no pretende encontrar la verdad, se conforma con lo que ve, escucha y siente, y a veces cree que lo que sabe es suficiente y que lo llevará a una vida tranquila.
El ser humano quiere comprobar que es mejor que los demás, no importa que tanto se esfuerce en hacerlo y que tanto gaste, el ser humano no tiene límites en su estupidez, lo que me recuerda la famosa frase de Einstein: “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera”.
El ser humano es un engaño, se miente así mismo, tratando de decir una cosa y se contradice haciendo otra, a veces al minuto siguiente, a veces al mismo tiempo. El ser humano tiene sentimientos, pero no sabe ni que son, por lo tanto, no sabe utilizarlos y sale lastimado creyendo que nunca pasaría, los sentimientos para él sólo son un plus y decide no ponerlos a prueba, prefiere no hacerlo y ser feliz que usarlos y salir lastimado. Así también es estúpido, piensa que nunca se equivocará a sabiendas de que la vida es una gran equivocación. Como dice Nacho Vegas: “Déjame que decida que la vida fue el único error”. Y es que la vida no es más que “una sucesión de desengaños” (Nacho Vegas, 2008), una sucesión de pruebas fallidas, de mentiras y de decisiones que no llegaron a cumplirse, así como los sueños y las acciones que no vieron luz.
El ser humano quiere hacer todo fácil, cree que en el universo ya está todo ordenado pero en realidad todo va hacia un gran desorden (Teoría Del Caos), inventa lugares, y lugares de esos lugares, etiqueta a todos, así también es un hipócrita, se cree mejor que todos, piensa que es algo y es lo contrario, se engaña a sí mismo, hace algo cuando no es lo que le gusta, cree que haciendo eso será mejor, cree que haciendo lo que le disgusta es mejor que los demás, y lo que le gusta lo deja a un lado porque piensa que no sirve o porque no lo llevará lejos, así también renuncia a sus gustos, placeres y sueños, no se da cuenta que el ser humano es la consecuencia de todo eso; es un presumido y un presuntuoso.
El ser humano piensa que haciendo buenas cosas tendrá buena vida, que haciendo eso todo le caerá en bandeja de plata, cuando él mismo debe buscar su felicidad y su recompensa. El mismo ser humano intenta juzgar que es bueno y que es malo para él mismo y para la sociedad en la que vive, su visión es patética y todo lo lleva a cometer errores y a atrofiar la inteligencia de los que le siguen, siendo ellos los más afectados por un ser humano idiota. Al ser éste el que tenga un grado elevado o un puesto mayor a otros, se cree que es el mejor y comienza a humillar a los demás, cree que eso lo hará mejor, cuando solo está haciendo lo contrario.
El ser humano es un bastardo al ser un convenenciero, utiliza sólo lo que quiere y hace sólo lo que le venga en gana. El ser humano es un patán, solo hace las cosas que le benefician a él y si da la casualidad de que hace algo que le beneficia a otro, no pierde el tiempo para reclamar que fue por su ayuda y que le debe algo. El ser humano es un miedoso por no querer confrontarse ni así mismo ni a sus cotidianidades, no se quiere ver reflejado, prefiere no saber qué es y quedarse así, estático mentalmente, huye de sus problemas y los evita a toda costa, no pretende resolver nada que lo enfrente o que lo haga revelarse, es un perezoso al no hacer siquiera el mínimo esfuerzo de querer progresar o levantarse mental y psicológicamente; el ser humano también es un cobarde, piensa que el que es valiente hace las cosas por ser nada más que un estúpido y ególatra y por querer comprobar que es mejor que los demás, cuando el que tiene estás últimas características es él. Bien sabe que si no hace lo que le beneficia nunca crecerá así que engaña y miente, hasta en sus “frases célebres” se encuentra una que recalca bien esa situación, “el que no tranza no avanza”, y cree que haciendo caso lo hará, no piensa ni un poco en que eso está equivocado y que no será uno más del rebaño, pero no hace nada, está en su personalidad ser así que, aunque uno no quiera mentir, ya lo está haciendo. Al menor resultado negativo siente que no sirve, siente que es el fin del mundo cuando “a todos nos sucede lo que sucede” (Bunbury, 1999), ya que éste es testarudo sigue y sigue con su idea y se autoflagela, se autodestruye poco a poco con sus pensamientos (del cual surgen los celos), piensa lo peor (en el amor, cree que nadie lo amará, o si ya hay alguien a su lado cree que habrá un momento en que el (ella) lo abandonará, se quiere morir, es fatalista por naturaleza. Cree que puede sentir lo que otros no, y abusa de ese conocimiento a sabiendas de que está equivocado.
Al ser humano no le gusta pensar ni hacer nada, es oligofrénico y se conforma con lo que ve y escucha, está al servicio de los demás, no requiere más que manos y pies y algo que lo motive a seguir cada día, busca la salida fácil y si es más fácil mucho mejor. El ser humano cree que es el mejor y trata de corregir a los demás que están mal para después burlarse de ellos. Es un oportunista, no le importan los demás, solo lo que él pueda hacer y haga.
Que, para mí, ¿qué es el ser humano? Es una máquina con cuerpo de Bestia, es más que nada, un costal lleno de antecesores que derramaron sangre (Véase “La Conquista Española”) y que ese instinto le acompañará siempre. En pocas palabras, el ser humano no es ser y tampoco es humano, es solo un objeto palpable formado con creencias, ideologías y pensamientos.

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