La Tienda De Palabras

Es cierto que las palabras son todo. Sin ellas no podríamos comunicarnos, no podríamos transmitir lo que tenemos como pensamientos e ideas en forma del lenguaje verbal o escrito. Las palabras pueden ser aquel medio con el que se transmite las imágenes cognitivas, pero también pueden servir para jugar. Sí. Aunque parezca extraño, el lenguaje y las palabras son un medio donde se puede jugar aprendiendo y aprender jugando.
El lenguaje es un cúmulo de símbolos que, moviéndolos, uniéndolos, separándolos, juntándolos, partiéndolos, mordiéndolos... etc., dan un significado diferente y que, si nos permitimos no ser tan literales con lo escrito y leído, pueden haber millones de significados en cada palabra, en cada frase y en cada creación.
Un excelente libro para disfrutar de ello es La Tienda De Palabras de Jesús Marchamalo.
El libro nos presenta a Carlos que es un profesor de Historia que va por la vida con un paso decadente y poco sorpresivo. Pero todo cambia cuando encuentra un papel en su buzón. En aquel papel hay escrita una palabra y su definición:

Murgiflar
Dícese del sonido gutural que produce el monstruo Rantas cuando se enfrenta a alguna situación de peligro.

Detrás de ella hay una dirección y decide ir a visitar el local. Encontrará una tienda de palabras en él. Sí, una tienda donde se venden, se alquilan, se prestan y se compran palabras. Al por mayor, baratas, caras, solas, juntas, en sobres, grandes, pequeñas, en frases, en cuadros...
El misterio incrementará cuando una supuesta confabulación para erradicar, lentamente, las palabras del mundo se piense como real por Carlos y su pareja, Ana. Entre los dos elaborarán un riesgoso plan para saber quién es el que está desapareciendo las palabras añejas, que ya no se usan.


Con juegos de palabras, Marchamalo nos muestra una historia de misterio sazonada con una serie de actividades lingüísticas, y eso es lo que sobresale, porque eso es lo que interesa en el libro, la diversión por el lenguaje, una celebración de las palabras, de las oraciones, de las frases y de la construcción de ellas a través del placer por su uso.

Juguetea con las letras, con las palabras y con las oraciones, con las creaciones que otros autores han hecho, y con las que los propios lectores harán al seguir la historia, y da vida a divertidas actividades creativas y educativas.
Desde palíndromos:

ANITA LAVA LA TINA

hasta otros más rebuscados y detallados:

Eduardo Scala

O caligramas, como el siguiente:

Guillermo Cabrera Infante

O jitanjáforas, como ésta, la más famosa, escrita por Lewis Carroll llamado «Jabberwocky». De él extraemos un verso:

‘Twas brillig, and the slighty toves
Did gyre and gimble in the wabe:
All mimsy were the borogoves
And the mome raths outgrabe.

Que traducido (a una de las tantas traducciones que se han hecho del poema) quedaría:

Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.

El lenguaje es infinito, y más si quien lo usa no tiene límites con él. Ni consideración. Sólo diversión. Sólo pasión por crear lo que guste. Además, no sólo se trata de aprender, sino de disfrutar del drama que se crea alrededor de la desaparición de palabras, tópico que recuerda a «1984» de George Orwell.

Un libro que contiene un Prólogo de Jesús Ferrero, unas bien hechas Apostillas al libro, Actividades para entender mejor el libro hechas por Lourdes Bazarra, además de unas recomendaciones de libros para continuar una aventura junto con el lenguaje.

¿Qué más se le puede pedir a un libro?

• DATOS •
Título Original: La Tienda De Palabras
Autor: Jesús Marchamalo
Año: 1999
ISBN: 84-7844-562-5
Páginas: 300

Calificación: 9/10

Deja un comentario

1 comentario