La chica de mi salón II
La
chica de mi salón
II
Ella se encontraba justo
ahí cerca de la salida de la escuela, al parecer titubeo un poco ya que no solo
había llamado la atención de mis amigos que confundidos me veían y al mismo
tiempo miraban a Jessica, era para mí algo normal que la chica de mi salón que
apenas acababa de transferirse al colegio me llamara así de repente. Después de
un rato muy corto ella camino hacia mí.
— ¿Si? — dije pensando en que no debía tomar
la iniciativa ya que ella fue la que me llamo.
— ¿Eh? Mmm — ella se veía un poco nerviosa,
entonces uno de mis amigos sonrió discretamente y dijo.
— Mau nos vemos más al rato en donde
siempre. — mis amigos se despidieron de mí y al mismo tiempo de la chica nueva.
Ella igual hizo lo mismo siguiendo aun nerviosa, por un momento maldije a mis
amigos por abandonarme e igual estaba seguro que ellos se estaban preguntando
que era ella de mi o si la conocí en las vacaciones o algo por el estilo.
— Er… — después de que mis amigos
desaparecieran de mi vista y la multitud de estudiantes iba disminuyendo ella
trato de decirme algo y después se vio interrumpida por alguien.
— ¡Jessi! — se trataba de la misma chica
quien le había dado el beso en el parque.
— Alma, Hola — Jessica se veía un poco
relajada, supuse que se debía a que la campana la había salvado de seguir
hablando conmigo.
— Ya hay que irnos, se nos está haciendo
tarde. — decía Alma.
— Es cierto lo olvide perdóname. — decía
Jessica.
— Ya te habías tardado y creí que estabas
buscando el lugar donde te dije que nos viéramos y por eso te vine a buscar. —
decía Alma un poco desconcertada por la tardanza inesperada de Jessica.
— Ella voltio a verme, pero tan solo
intercambiamos miradas y camino junto con Alma tomadas de la mano. El momento
se me hizo algo memorable ya que apenas la conocí hoy, más bien ya tenía más
tiempo de conocerla, pero desde las sombras desde un punto donde ella no sabía
que la observaba día a día de aquella semana, hasta que me sentí impactado por
aquel beso. Nunca había tenido problemas con la gente de otra preferencia
sexual, pero ese día me dolió, sentí que algo por dentro se rompía en mil
pedazos, tal vez fue la disolución de saber la verdad y quizás de confirmarla
ahora mismo. Ella junto con Alma se desvanecían tomadas de la mano. Era la primera
vez que sentía algo muy fuerte por una chica.
Dejé de pensar en eso y
me dispuse en ir al parque donde mis amigos me esperaban para jugar fut. Llegue
corriendo, algo cansado por el calor de agosto que azotaba la ciudad. Ahí
estaban ellos esperándome, mientras lo hacían se pasaban el balón uno a otro de
mis cuatro amigos, David, Alan, Cristóbal y Diego. Ellos de pronto me vieron y
como si se hubieran puesto de acuerdo, los cuatro levantaron la mano para
recibirme.
— Hola chicos. — dije un poco agotado y
empapado de sudor en la frente.
— Mau pensé que te estabas besando con ella.
— dijo Alan.
— Donde la conociste o porque no nos habías
dicho que la conocías. — dijo David.
— No es nada ella… — antes de terminar la
frase la vi desde lejos jugando ulaula con Alma.
Lunes, miércoles y
viernes por Meta Crónica
Andres Gonzalez C.
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