Manual De Pintura Y Caligrafía

Todos tenemos talentos. Todos tenemos dones o habilidades para cualquier actividad que exista. Para poder exprimirla al máximo hacen falta dos cosas: querer realizarlas y la experiencia misma de la repetición. Tras ello, uno puede sentirse orgulloso de haber hecho las cosas en la que uno es bueno y que le apasionan, pero ¿qué sucede cuando nos damos cuenta que aquello que nos gusta, que amamos, lo que soñamos hacer, no es lo nuestro, que no somos hábiles para ello?
José Saramago y su peculiar escritura (un ejemplo de que, cuando tienes un don, a través de las publicaciones van mejorando y teniendo mayor impacto) nos ofrece una novela a modo de reflexión, como si de un ensayo se tratara, en la que las actividades, los hobbies, el pensamiento, la escritura, la pintura, las artes, no son parte de nosotros, o al menos sólo de unos pocos. Manual de Pintura Y Caligrafía sirve como un texto que redención propia.
H es un pintor, aunque sólo de retratos. Cuando un hombre de negocios, llamado S, le pide que haga un retrato suyo, H comenzará a cuestionarse acerca de su trabajo, sobre su habilidad, sobre su calidad, sobre su futuro en él, lo que lo lleva a hacer un cuadro paralelo al oficial, de diferente técnica y diferente resultado. El hecho también lo lleva a cuestionarse más allá de su vida profesional, más allá de su vida personal, haciendo que escriba un libro en donde plasme sus pensamientos.
Más arriba comenté que el libro estaba escrito de un modo ensayístico, como de reflexión personal, y es cierto, pero no sólo es eso. También funge como texto filosófico (me atrevería a decir que más que otros libros de Saramago, y de una manera diferente a la de Ensayo Sobre La Ceguera) porque hace que cualquier recoveco del personaje sea analizado hasta la más pequeña idea (y más de ellas, ya que sabemos que a veces le da por explicar demasiado).

La astucia que tiene el portugués para que sus personajes no se queden en una dimensión sino que, a través de sus pensamientos, de sus acciones y de los contactos que tiene con los demás, los conozcamos más, es perfecta. La duda (más que eso) que tiene el protagonista sobre su calidad artística no se nos hace extraña, cualquiera que haya pensado en que se es bueno para algo y después resulta que no, lo ha vivido.
Los extractos que se muestran como sacados de un diario, de un posible libro a modo de capítulos, son la muestra perfecta del desvarío mental de H, de los pensamientos confusos que le atenazan por su labor como pintor, por los problemas de relaciones y de amistades, y, de fondo, por la situación política que vive. Por supuesto, esto más acorde a lo que vive el personaje.

El hecho de que Saramago lo titule como Manual esconde una tácita prueba por hacer que todo aquel que lea el libro se sumerja como lo hizo H en la historia. ¿Acaso no necesitamos un momento de crisis existencial de vez en cuando?

• DATOS •
Título Original: Manual De Pintura E Caligrafia
Autor: José Saramago
Año: 1977
ISBN: 84-663-1273-0
Páginas: 352

FRASES
Me veo escribiendo como nunca me vi pintando, y descubro lo que hay de fascinante en este acto: en la pintura hay siempre un momento en que el cuadro no soporta una pincelada más (mala o buena, lo empeoraría9, mientras que estas líneas pueden prolongarse indefinidamente, alineando fragmentos de una suma que nunca será iniciada, pero que es, en ese alineamiento, ya trabajo perfecto, ya obra definitiva, porque es conocida. Es, sobre todo, la idea de la prolongación infinita lo que me fascina. Podré estar escribiendo siempre, hasta el fin de mi vida, mientras que los cuadros, cerrados en sí, repelen, aislados ellos mismos en su piel, autoritarios, y, ellos también, insolentes.
• Escribir no es otra tentativa de destrucción sino más bien la tentativa de reconstruirlo todo por el lado de dentro, midiendo y pesando todos los engranajes, las ruedas dentadas...
• Ojalá no muera en el camino, como siempre acontece a quien, vivo, no encuentra lo que busca.


Calificación: 9/10

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