100.- LOVE OF LESBIAN en Concierto de OCESA #Irrepetible
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El *Viernes 6 de Noviembre*, la banda española, *Love Of Lesbian*,
encandiló a todos los mexicanos que compraron un acceso para verlos en
directo gracias...
Despedida
Hay momentos en la vida en que uno cree estar en un grupo de personas, formando parte de ellos, siendo una parte esencial, platicando y bromeando con aquellas amistades, teniendo una cohesión extremadamente fuerte. Pero, ¿qué sucede cuando una persona del grupo es retirada, cuando es separada de su lugar y enviado a otro? ¿Qué es lo que sucede cuando esa persona se separa de ellos?
§
Tomás era un chavo al que le gustaba escuchar. Comúnmente no hablaba sino hasta que alguien se atrevía a entablar una conversación con él. Siempre respondía con un “prefiero escuchar, porque así me entero de lo que sucede, no creo que lo que diga yo tenga mucha importancia”. Y tal vez tenía razón, o tal vez no la tenía, porque cuando alguien platicaba con él, se llevaba una gran sorpresa: era genial conversando y hablaba de muchos temas sin llegar a cansarte. Siempre daba datos curiosos, ideas sorpresivas, pensamientos que uno jamás llegó a plantearse, y otras cosas más.
Cuando entró en la universidad su panorama de amistades cambió por completo. Tuvo que hacer nuevos amigos, no porque él quisiera sino porque el programa obligaba a buscar compañeros para los grupos de trabajo. Ninguna persona le satisfacía como un buen compañero, no porque él se creyera mejor que los demás, sólo era cuestión de gustos y de sentirse bien con ellos.
Todo iba de manera normal hasta que reprobó una materia, jamás había reprobado y se sintió desorientado. No sabía qué hacer, no sabía a dónde acudir, no sabía qué tenía que hacer para poder pasarla así que dejó que pasara el semestre y no la cursó de nuevo. Así pasó el segundo semestre y siguió con la materia reprobada, hasta que en tercer semestre se decidió recursarla, pero una vez más la reprobó. Inscribió un examen extraordinario pero no se presentó. Perdió un semestre así que cuando su grupo había pasado a quinto, él se encontraba suspendido recursando la materia. Así fue como, cuando su grupo llegó a séptimo, él apenas había llegado a quinto, con una materia aún debiéndola.
Para esos días se había inscrito en el grupo 1504, el grupo en el que había ido anteriormente, aún cuando quería cambiarse pues lo que le contaban sobre los maestros no era muy alentador. Aún así se quedó en ese grupo. Entró y vio a sus nuevos compañeros. Eran nuevos en el sentido de que no los conocía, pero no eran tan nuevos cuando, entre todos, ya existía una relación. Tomás se sentía desubicado. Bien, pero ajeno a ello.
Semanas antes había terminado el curso básico de inglés y en él había conocido a una enfermera, a una psicóloga y a un médico. Cada uno de ellos era muy diferente, pero le agradaba estar rodeado de ellos. Hasta que vio a lo lejos, en la esquina, acompañada por su novio, a una chava que le llamó la atención. No conocía su nombre (puesto que no se interesaba en lo más mínimo aprendérselos, siempre decía “para que me los aprendo si en unas semanas ya no los voy a ver”) pero comenzó a interesarse en ella.
Se sentaba cerca de donde ella estaba, trataba de escuchar sus conversaciones, se quedaba mirándola cada vez que ella miraba hacia otro lado. La manera en que Tomás se dejaba manipular por su mirada era síntoma claro de que le gustaba. Pero no sucedió nada. Ella tenía novio y dejaron de verse después de dos meses, cuando terminó el bimestre de inglés. Una despedida muy agria.
Se sentaba cerca de donde ella estaba, trataba de escuchar sus conversaciones, se quedaba mirándola cada vez que ella miraba hacia otro lado. La manera en que Tomás se dejaba manipular por su mirada era síntoma claro de que le gustaba. Pero no sucedió nada. Ella tenía novio y dejaron de verse después de dos meses, cuando terminó el bimestre de inglés. Una despedida muy agria.
Ahora había entrado en un nuevo grupo. Había perdido un año y ahora regresaba con todas las materias (una más por un recursamiento) inscritas. Sus compañeros lo veían como un compañero más, o no lo veía, y él lo comprendía: estaba en lugar ajeno.
Entró en el salón, el primer día de clases, y la vio sentada hasta atrás y en medio. Era ella. ¿Cómo pude haber llegado hasta aquí, sin saber, sin tener la opción de cambiar de grupo, sin querer, y estando ella aquí?, pensó cuando se sentaba cerca de la puerta. Un lugar de donde podía observar todo el salón. Donde podía observarla a ella. Sin querer ella también lo veía pero cada uno tenía un propósito diferente con sus miradas.
Mientras pasaban los días se iba enterando de varias cosas sobre ella. Pero lo que más le llamó la atención es que era sencilla, amable y divertida. Cuando iba con ella en inglés no pudo percatarse de eso pues no le hablaba, pero ahora puedo darse cuenta de eso y más. Pero como todo lo que bien empieza a veces acaba mal, ocurrió la desgracia que habría separarlos.
Tomás comenzaba a sentir algo por ella, comenzaba a pensar en ella en varios momentos de sus días y cada vez que escribía lo hacía por y para ella. Comenzaba a sentirse parte de aquel grupo, pero un error lo hizo terminar su gusto. En la inscripción no había metido el grupo en el que había asistido las últimas semanas, su grupo real era otro, así que tendría que cambiarse y hacer lo posible para convencer a los maestros que lo dejaran entrar después de faltar a muchas clases. Pero ese no era el problema, era que ya no la vería, ya no observaría su sonrisa, ya no escucharía su voz.
Y, ¿qué fue lo que pasó después de aquello? Ya no importa. Dejó de hablar de nuevo, ya no la vio más y aún la extraña. No sabe si algún día se la encontrará en el patio, en los corredores, en las escaleras o en la entrada. Sólo sabe que por unos momentos, ella fue algo especial para él.
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