Mujer VII

VII

Lo que no me gustaba de los lunes era que tenía que levantarme más temprano de lo acostumbrado ya que todos iban al trabajo y a la escuela y siempre en las mañanas era más difícil trasladarse de un lugar a otro por el tráfico. La alarma como de a costumbre sonó a las 5:30 A.M. y siempre me levantaba con mucha dificultad era como si las cobijas me dijeran no te levantes, afuera hace demasiado frió y aquí es más cálido, solo con pensarlo me daba ganas de volverme a acostarme y taparme con aquellas cobijas hasta la cabeza para no saber absolutamente nada, pero; sabía que eso era imposible, no podía faltar al trabajo por los pendientes que había dejado el viernes. Así que me levanté como pude fui al baño abrí la regadera y el agua caliente empezó a empapar mi cuerpo, cuando terminé empecé a cambiarme, después baje por las escaleras a la dirección hacia la cocina y tome un poco de café y dos rebanadas de pan tostado luego me asegure en que todo estuviera cerrado, tome las llaves de la casa y del carro que estaba adentro de mi mochila. Cuando vi ya eran las 6:25 A.M. todavía era aún temprano, fui hacia el coche, entre y volteé por ambos lados para ver si no venía cruzando otro coche o que un transeúnte pasara desapercibido; después de que me asegure empecé a poner el auto en movimiento una vez que me incorpore en la calle empecé a manejar a dirección de una enorme avenida para mí era mi mejor atajo para llegar rápido a las oficinas donde trabaja que estaba a 21 cuadras donde Sofía estaba hospitalizada así que estaba un poco retirado.
Una vez llegue a mi lugar de trabajo solo busque un lugar donde estacionarme, después Salí y entre en una puerta donde estaba un vigilante, de mi billetera saque una credencial el policía lo miro fijamente y después voltio a verme para confirmar que el de la credencial era yo. Era algo que me causaba risa, casi 5 años trabajando y para que aun siguiera haciendo eso. Después el policía saco de un cajón una libreta color amarilla y apunto mi matricula y la hora que había llegado, después con una voz grave me dijo —Puedes pasar—. Tomé mi credencial lo volví a meter en la billetera y caminé hacia una puerta donde solo tocaba un timbre que estaba a lado y en segundos se abría, una vez adentro saludé a cada persona que pasaba a mi lado y discretamente me sentaba en mi lugar de trabajo. Prendí la computadora y vi en una hoja de cálculo los pendientes y algunos informes que aún tenía que entregar a la administración.
Mientras pasaba el día solo pensaba en Sofía y en ocasiones cuando me despejaba un poco del trabaja también pensaba en aquella finísima mujer, para mí era difícil olvidarla y más cuando la había visto en dos ocasiones. Una vez llego la hora de la comida fui a una fonda que estaba en la esquina de donde trabajaba, tome un lugar vi el menú y ordene al mesero que me trajera una ensalada de papas, un refresco y dos tortas de milanesa. Mientras comía empecé a checar mi celular y revisé algunas notificaciones de mis amigos. Una vez que termine de comer aproveche los 15 minutos que me quedaban para ir a una tiendita que estaba al otro lado justo cruzando la calle y compre un pastelito como postre, mientras volvía a cruzar la calle sonó mi teléfono y vi que era la mamá de Sofía y rápido conteste, pero; al mismo tiempo me había colgado. Mire el reloj y ya casi era mi hora de entrada así que decidí regresarle la llamada después ya una vez de nuevo en mi oficina mire de nuevo el teléfono para ver si no me había mandado algún mensaje, pero, no había nada y me empecé a preocupar si el motivo de la llamada era sobre la situación Sofía. Lo único que deseaba era que dieran las 6:30 para salir de trabajo y tener una oportunidad de marcarle a la mamá de Sofía, para luego ir al hospital.

Continuara…


Todos los martes no te pierdas un capítulo nuevo de Mujer.

Nota: El día miércoles 15 de Marzo se publicara la VIII parte de Mujer, solo por única ocasión. 

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