Mujer V

V

Ya eran las 8:30 AM baje hacia la cocina para poder desayunar algo antes de ir al hospital, mire en el refrigerador tome algunas rebanadas de jamos los empecé hacer en pequeños cuadritos y los puse en un envase después tome de la canastilla color rojo algunos blanquillos y los empecé a dar golpecitos en la esquina de la mesa con la intención de hacerles un pequeño orificio y así poner la clara y la yema de huevo en el mismo envase donde puse los cuadritos que había anteriormente hecho con el jamón con el fin de revolverlo; tome una espátula y los empecé a dar pequeños giros de izquierda a derecha con el fin de que todo se mesclara, una vez que termine puse el sartén a calentar mientras le echaba un chorro de aceite una vez hecho esto puse aquella mescla en el sartén y este al tacto con el aceite empezó a salpicar pequeñas gotitas de aceite una vez que llego al punto exacto de cocción apague la estufa y lo serví en un plato blanco y ovalado donde coloque un poco de salsa roja.
No era un muy buen cocinero de hecho me costaba en ocasiones hacer mis alimentos; había días donde se me olvidaba ponerle sal y en otras donde le echaba de más y lo cual resultaba un poco desagradable. Una vez que termine de comer lave la bajilla y los utensilios que ocupe y me puse mi sudadera y Salí de casa, ese día mi coche no circulaba así que no tuve más remedio que tomar un autobús para llegar al hospital; así que empecé a caminar hacia la parada de autobuses y mientras esperaba pensaba en varias cosas una de ellas era sobre mi trabajo. En ocasiones deseaba ya no trabajar, pero era como un sueño algo tonto ya que como podría vivir sin dinero era difícil tener una vida así, pero; más difícil era tener un trabajo así de aburrido todo el día haciendo cuentas, hablando todos los días con los clientes de la empresa y tener que contestar y recibiendo todo tipo de llamadas las 8 horas los 5 días de la semana que duraba la jornada. Desperté de mi letargo cuando oí acercándose el autobús, hice la señal para que se detuviera, después subí y al mismo tiempo le di el dinero al conductor, lo que más me gustaba cuando tenía que ir en el autobús era cuando había muchos lugares para sentarse, pero; mi lugar favorito era sentarme hasta atrás donde nadie me molestase. Solo con ver desde la ventanilla el trayecto desde mi lugar, hacía que mi mente se despejara, pero… en ese instante todo cambio llegando a un cruce donde el semáforo pintaba de rojo el autobús tuvo que detenerse y a lado estaba una plaza comercial y afuera de esa plaza había unos banquillos y una mesa con una sombrilla en medio de tipo restaurantero; estaba aquella mujer bellísima, como no olvidar ese color radiante que reflejaba su cabello, esa figura esbelta totalmente tonificada cualquiera podría pensar que era una modelo. Ella estaba sola viendo su celular leyendo y mandando mensajes me imagino que a su pareja o a uno de sus pretendientes. Cuando el autobús empezó a dar marcha solo mi mirada la seguía hacia ella, hasta que mi cuello ya no pudo girar más fue así como la perdí de vista.

Cuando por fin llegue al hospital compre un ramo de flores y después saque una cajetilla de cigarrillos en uno de los bolsos de mi sudadera tome uno y lo encendí. Con 5 caladas fue más que suficiente para calmar mis nervios; así que decidí entrar con el ramo de flores, primero pasé a recepción para dar mis datos y a la persona que iba a visitar, después deje mi identificación y me dieron un pase de visitante además de un folletito sobre la importancia de donar órganos en el cual venia una pequeña tarjeta que decía “Yo autorizo donar mis órganos”. Era una pequeña tarjetita donde debes elegir que órganos quieres donar en caso de algún accidente y firmarlo para dar constancia de que estás de acuerdo que, en caso de morir, puedan extraer tus órganos y dárselos a aquellos que lo necesitan y que aún no encuentran algún donador.

Cuando llegue a la sala donde se encontraba Sofía, uno de los médicos que la estaba atendiendo salió de repente y cuando me vio empezó a decirme sobre la salud de Sofía y que aún no mostraba ninguna mejoría. Eso me molesto un poco ya que esta era la cuarta semana que venía a verla y todos me decían lo mismo.

Solo suspire un poco y quede totalmente cabizbajo, después me asome en su habitación y aun no estaba solo ya que una doctora aun la estaba revisando. Checaba sus puntos vitales se aseguraba que todo los tubos y aparatos que la mantenían viva estaban bien conectados y funcionando sin ninguna anomalía cuando se percató que la estaba observando dijo.
—Hola, usted es…
—Hola, soy Tomás y soy el novio de Sofía.
—Qué bueno que viene a visitar a su novia. Ya casi termino solo me falta apuntar mis observaciones y listo podrás estar a solas con ella. Bien ahora los dejo cualquier cosa pueden llamar a una de las enfermeras o a mí. Mi nombre es Ángela y junto con el doctor Rogelio estamos viendo y tratando el caso de Sofía.
Ok, gracias doctora Ángela.

Una vez que salió la doctora me senté a lado de Sofía tomé su mano y solo pensé en el momento que iba a despertar y decirme te amo…

Continuara…

No hay comentarios.

Publicar un comentario