Mujer IV



IV

Me quede totalmente atónito, no podía pensar en otra cosa más que en aquellas palabras que salieron de los labios de Eduardo.
   –Como pue-de ser posible– Dije entre cortado ya que aquello me había impactado.
   –sí; hay una probabilidad– Dijo Eduardo mientras movía la cabeza de arriba hacia abajo.
Como podría alguien causar tanto daño a tantas personas y sobre la manera en que murieron, lo cual les causo angustia, desesperación y sobre todo una muerte dolorosa. Solo alguien que no tenga sentimientos o que no considere el valor de la vida y el daño que causo, pero; cuales fueron sus motivos, que fue lo que lo impulso para hacer algo tan caótico. Mientras divagaba en mis propios pensamientos recordé cuando una semana antes del accidente; Sofía había llegado a mi departamento un poco disgustada le pregunté varias veces que fue lo que le paso, pero ella simplemente me daba un simple “nada; estoy bien”. Tendrá esto alguna conexión sobre lo que paso, creo que era tiempo de reflexionar sobre la situación así que me puse a platicar con Eduardo sobre lo ocurrido.
   –Porque piensas que aquel incendio fue ocasionado por alguien–Mientras le decía esto el medito un poco y dijo.
   –Se trata de algo muy grave y difícil de explicar ya que en ocasiones muchos de los empleados se quejaban de los malos tratos que el sindicato les hacía pasar, por eso pienso que pudo ser así; no es que sea una afirmación, pero es posible de que alguien cansado de esos malos tratos se le hubiese ocurrido la idea de desquitarse.
   –Pero, ¿Por qué a ellos?, simplemente no lo entiendo–Como era posible que una causa así fuese motivo de aquel incendio donde murieron 10 empleados y 5 hayan sobrevivido.
   –Quizás; intento hacer algo y ese algo se le salió de control. Aun no hay manera de saber bien que fue lo que provoco las llamas ya que el lugar donde se originó el incendio era en el almacén donde se guardaba en cajas medianas de cartón todo tipo de textiles–De pronto Eduardo quedo sumergido en sus propios pensamientos, mientras acariciaba su rostro con la mano derecha. Por un momento pensé que fui duro con él ya que su mejor amiga Sofía se encontraba en un estado lamentable y probablemente varios de sus amigos de trabajo perdieron la vida en ese día.
   –¡Hasta luego! me dio gusto verte de nuevo y suerte con lo de tu entrevista de trabajo, ojalá y te quedes. A ver si entre semana podemos volver a vernos–lo dije de una manera para darle ánimos ya que me sentía avergonzado por hacerle recordar de nuevo ese infierno por lo que él tuvo que pasar aquel día, ni siquiera puedo comprender sus sentimientos y sus ganas de salir adelante.
   –¡Adiós Tomás! Igual me dio gusto de verte, espero darte buenas noticias–Dijo Eduardo mientras caminaba con la frente en alto y una gran sonrisa que era algo que le caracterizaba en su forma de ser.
Mientras caminaba de regreso a mi departamento, recordé a esa chica que vi en la cafetería, el color de su cabello, su hermosa figura cubierta de aquel vestido color azul cielo la hacía ver un ángel. En que estoy pensando mañana iré a ver a Sofía, esperando buenas noticias del médico y ver si ya hay mejorías en su salud. Solo espero que mejore y pueda salir de aquella pesadilla que la tiene atada en esa cama.


Continuará...

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