Alabardas
Un escritor se convierte en una figura inmortal cuando sus obras han sido reproducidas en millones de ejemplares, traducidas en decenas de idiomas y leídas en mucho más número de lo que existe en libros. Se vuelve inmortal cuando sus enseñanzas en cada relato o en cada novela se siguen estudiando aunque el autor haya fallecido años atrás. Pero hay algo que los escritores no dejan de hacer nunca: escribir.
En varias ocasiones, después de que un autor fallece, siguen apareciendo trabajos de él o ella, y es que, aunque sea o no sea un escritor prolífico, siempre habrá material que se piense no sea bueno para publicar o que sean trabajos sin terminar y que, después, sean publicados sin más. Ya dependerá de los herederos del material si deciden publicarlo o sólo guardarlo, pero, dentro de los que sí fueron publicados de manera póstuma, se encuentra José Saramago.
Es por ello que hablamos de Alabardas.
Para un lector ávido de historias y de significados, los libros inacabados son como experiencias incompletas, son películas sin final, son una odisea sin aventuras, son historias que deseamos continúen hasta que el mismo autor le de un cierre (a veces no gustado, pero al menos ya tiene un final). Lo malo es que cuando el autor ya ha fallecido, la historia quedará así por siempre. Eso es lo que sucede cuando leemos Alabardas de José Saramago. La historia comienza bien, reconocemos el estilo de escritura que hemos venido conociendo a través de varios libros, nos intriga la manera en que la historia seguirá, conocemos a los personajes que serán de vital importancia y comenzamos a sentir una muestra de emoción por ellos, de acuerdo a cada uno, uno en especial, por supuesto, el del protagonista se asemeja a la de varios que ya conocimos.
Sin embargo, la novela corre bien, es narrada con un toque de comedia y drama que cualquier vida normal tiene, las relaciones interpersonales también se encuentran en una situación totalmente comprensible, hecho que parece divertido cuando vuelven a acercarse. Pero todo se corta abruptamente al ver la historia inacabada, y eso nos duele bastante al ver que la novela comenzaba a crecer de manera asombrosa.
Las notas que vemos después del texto son magníficas. Saramago diciéndose a si mismo, pero ahora, hablándonos a nosotros acerca de las ideas que dieron paso a «Alabardas, Alabardas, Espingardas, Espingardas» y así su evolución en título, en comienzo y en algunas cosas que ya no sucedieron.
Después de estos dos extractos, tenemos un par más de opinión de otros autores acerca de la novela incompleta. De la mano de Fernando Gómez Aguilera recorremos un poco la bibliografía de Saramago para entender el motivo de la creación de «Alabardas...» y su interés por contar a historia, una inquietud ética de la gente productora de armas y de la ética de las personas en la cotidianidad. Además nos da un recuento de lo que fueron sus últimos meses de vida y el trabajo que tenía planeado para su última obra. Las cosas no terminaron con más tiempo y la inconclusa novela terminó ahí.
De la mano de Roberto Saviano nos introduce a hipótesis del personaje que es Artur Paz Semedo y sus posibles vertientes a nivel literario, pero tomando como base su propia personalidad en la obra. De este modo, Saviano nos pone personalidades reales que se yuxtaponen a la novela, a su personaje y a una vida que jamás ocurrirá y que nunca sabremos.
Un libro que aunque esté incompleto, nos hace pesar en innumerables cosas que provienen de la historia y que se introducen en nuestra mente para crear otros pensamientos más. La novela pudo ser magnífica, pero su extensión no viene a ser algo pequeño, son tres capítulos de enorme trabajo, de enorme calidad y de un suspenso que quedará por siempre.
• FICHA TÉCNICA •
Título Original: Alabardas Autor: José Saramago Año: 2014 ISBN: 978-607-11-3535-3 Páginas: 152
• FRASES •
• No pueden quejarse, tuvieron lo que buscaban, quien siembra vientos recoge tempestades.
• Siempre ha habido guerras y siempre las habrá... el hombre es un animal guerrero por naturaleza, lo lleva en la masa de la sangre.
• A todos nos gusta ser bien tratados... una buena palabra hace milagros. |
Calificación: 9/10
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