Memorial Del Convento
Las creencias hacen que cualquier cosa se vuelva una parte de nosotros mismos. Ya sea porque creemos en ella de manera enfática, con fe ciega o con una fe más allá de la que un individuo puede creer, o porque simplemente es una esperanza que se tiene para algunas cosas cotidianas. Todos hemos tenido fe en algo, hemos esperado que suceda algo y, sin ir más lejos, quizá hemos rezado para que suceda ello. Por supuesto, no sólo el acto de pedirlo o rezar hará que se haga realidad, también hay que trabajarlo.
En el aspecto religioso, en lo cotidiano, en el laboral, en cualquier situación hemos estado a merced de pedir a quien sea que nos haga un favor y pase algo que deseamos, pero si existiera ese alguien más allá de los humanos, seguro pediría algo a cambio.
Esto es lo que nos cuenta José Saramago en Memorial Del Convento.
Si uno comienza a leer a Saramago por este libro (aunque seguro lo harán por Ensayo De La Ceguera o de la Lucidez, o quizá hasta por El Evangelio Según Jesucristo) podrían pensar que es su primera o segunda novela, y me preguntarán porqué. Por una sencilla razón, el ensamble coral de personajes es sencillo, pero logra captar una sensibilidad que veremos en obras posteriores a esta. La temática también pareciera personal y de la época aunque se trata de una novela histórica.
A mi, que en lo personal, no me gustan las novelas históricas, me sorprende que las novelas de Saramago aún siendo de ese género, logren dejar a un lado ello y enfocarse más en la historia, en el desarrollo de los personajes, tanto que se olvida la época en la que ocurre. Eso es lo mejor de la novela, que siendo una historia del siglo XVIII, se pueda sentir actual, se pueda trasladar a lo que nos sucede hoy en día. La construcción de un edificio sólo por el ego de un gobernante; la historia de los trabajadores que intentan construir aquel edificio, pero que no sólo se encuentran como trabajadores sino como personas que comparten vivencias; el deseo de la gente al querer crear algo soñado; una relación romántica fuera de los cánones normales; un músico que puede serlo y puede no serlo respecto a la situación; todos ellos en un mismo tiempo que puede ser el nuestro, y que quizá encontremos a alguien que se les parezcan.
Ya conocemos el estilo fluido de Saramago (y los que no pueden pasar a leer las reseñas anteriores o pueden empaparse de sus demás obras) y el toque irónico que nos regala con la cotidianidad. El estilo no es novedoso, pero lo que tiene la calidad es la historia, la narración, la presentación de los personajes, su interconexión que, aunque no lleguen a conocerse todos, parecen estar íntimamente relacionados.
La sabiduría que los personajes tienen no es para menos ya que logran dar discursos bien hechos y, aunque nos sorprendamos porque siempre hay un par que lo hagan más allá de discursos normales, siempre es grato leer esas disertaciones entre los personajes que hace que nosotros mismos pensemos en ello, sea claro o no.
La novela sirve como una introducción a lo que serán otras obras corales, es decir, donde hay una multitud de personajes con sus propias historias o que se unen en una sola. Sí hay momentos en los que se pierde un poco el sentido de ellos, pero logra rescatarlos al hablarnos de los demás.
Conexión:
• En la historia se menciona un Julián Maltiempo, apellido que aparece en su novela anterior Levantado Del Suelo, y justo de la misma ciudad de donde es el protagonista.
• FICHA TÉCNICA •
Título Original: Memorial Do Convento Autor: José Saramago Año: 1982 ISBN: 978-607-314-168-0 Páginas: 448
• FRASES •
• Todo hombre sabe lo que tiene pero no sabe lo que eso vale.
• Los hombres son ángeles nacidos sin alas, y eso es lo más bonito, nacer sin alas y hacerlas crecer.
• Quizá las lágrimas no sean más que eso, el alivio de una ofensa. |
Calificación: 9/10
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Magnífica reseña, Angel.
ResponderBorrarNo he leído esta obra, pero procuraré hacerlo. Me has despertado la curiosidad.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias!!
BorrarEspero que si la lees, la disfrutes, es excelente.
Saludos!