El Instituto (LXXII)

Las mentes más brillantes del mundo suelen ser aquellas que, medidas por un instrumento que nos permite llevarlos en una escala de 0 a un número mayor llamado Coeficiente Intelectual, se colocan con un puntaje sobresaliente. Pero a veces no sólo se trata de un número que los coloque ahí, se trata de la vida que hayan vivido, de la manera en que hayan crecido y de las oportunidades que tuvieron al ser de esta manera. Cualquier niño que tenga un alto índice de CI, pero que no sea atendido correctamente, cuando crezca, no logrará aprovechar sus facultades.
Pero el problema no radica sólo en ello, sino en todas las cosas que pueden llevar a su talento innato o adquirido a que se atrofie. Quizá el debate sea no presionarlo y dejar que la vida ocurra mientras vaya decidiendo qué hacer, ahí tendrán ustedes la última palabra, si es que se encuentran con alguien así. Claro, cualquier decisión involucra consecuencias fuera de nuestros pensamientos.
Esto es lo que nos cuenta Stephen King en una de sus más recientes novelas llamada El Instituto.
SINOPSISTim Jamieson es un expolicía que decide alejarse de Sarasota, Florida, para buscar nuevos horizontes y volver a empezar. Llega a un pequeño pueblo llamado DuPray donde será el nuevo sereno. Tras unos eventos que le dan gran valía, se convierte en un policía del pueblo.
Luke Ellis es un pequeño genio de doce años que ya comienza a sentirse aburrido en la escuela donde está. Su deseo es ir a la universidad y estudiar dos carreras al mismo tiempo, pero sus padres no pueden costearse algo así. La oportunidad de conseguir una beca completa es alta, así que asiste a los exámenes y los pasa, pero unos días después, un grupo de personas asesina a sus padres y lo secuestra. Ahora tendrá que averiguar qué sucedió y dónde está.
No sé si fue desde «Dr. Sleep» o desde «Mr. Mercedes», pero la literatura de Stephen King se ha vuelto más liviana, no sólo por la cantidad de páginas en los libros (aunque algo hay en ello), sino por la forma de narrar sus historias y que resulta en obras más sencillas. Preguntarán que a qué me refiero, y les diré: en las obras anteriores a la década que termina, King nos ofrecía novelas con tramas sencillas, pero con un desarrollo extenso, que implicaba más a los personajes de manera íntima, psicológica; a diferencia de sus últimas obras en donde el plot es complicado, y las situaciones son mucho más en cantidad, pero no significa que a mayores sitios por los que pasa el personaje principal, también haya un mayor apego a él como lector-obra.
Esto es lo que sucede en El Instituto. La historia nos muestra a dos personajes principales que alternan protagonismo respeto a la historia, pero de ellos dos, tenemos a uno más importante: Luke Ellis. Este niño de 12 años intenta ser agradable respecto a o que le sucede, a su genio y a las situaciones por las que tiene que pasar para salvarse, pero pocas de ellas logran crear una empatía mayor como la que teníamos por Charlie McGee (por decir un ejemplo de un niño y con dones similares). Es verdad que deseamos que no le suceda nada, que sea libre, que sus planes salgan bien y que logre salvarse de lo que le pasa, pero sólo porque es un niño y a nadie le gustaría que le pasara algo así, sin embargo, a un nivel literario, no forma un lazo mayor, más emocional, con el lector.
También ocurre esto con el segundo protagonista, Tim Jamieson, quien recuerda bastante a Danny Torrance en «Dr. Sleep», diferente lugar y empleo, pero misma situación y pensamiento. Quizá es una situación de la que no se puede separar debido a que le ha funcionado, pero en las últimas novelas, viéndolo cada vez, comienza a ser mala decisión.
Los actores secundarios, o los que pareciera que lo son, terminan siendo más importantes o más entrañables que los propios protagonistas. Esto me hace preguntar, ¿porque la gran entrada a Tim con todo un capítulo cuando se desperdicia en todo el resto de la novela?
Por supuesto, la historia recuerda bastante a «Firestarter», pero logra tener una historia alejada de ella, aunque por momentos llegue a compararse en algunos escenarios, como la organización secreta, el escape y la ayuda, pero cada una tiene su esencia. Eso es lo que logra que El Instituto tenga una vida propia y salga adelante.
Es una novela de fácil lectura. Decíamos que sus últimas novelas son livianas y así es, a pesar de tener más de 500 páginas, la lectura es rápida fluida, las extensas descripciones que abarcaban más de 4-5 páginas han desaparecido. Algunos las extrañamos porque eso es lo que le daba una intimidad a los personajes, sin embargo la rapidez de la narrativa también hace que la novela sea atractiva por los sitios que leemos. No es lo mismo, pero algo es algo.
Me parece curioso que, en una entrevista a Esquire, King mencionaba que había escrito la novela en la "época Trump" y que justamente comenzaba la política migratoria y a encerrar niños. Menuda casualidad que la novela nos desentraña violentamente sobre algo real.

Curiosidades:
• Las gemelas Gerda y Greta son gemelas y tienen muñecas similares que les recuerdan una película: clara referencia a «The Shining» de Kubrick.
• Se menciona la ciudad de Jerusalem's Lot, icónica en la bibliografía de King.
• El hombre ceceante podría aparecer en el relato «El Experto En Turbulencias», del libro recopilatorio «Por Los Aires».

• FICHA TÉCNICA •
Título Original: The Institute
Autor: Stephen King
Año: 2019
ISBN: 978-607-318-433-5
Páginas: 624
• FRASES •
• ¿Crees que la memoria es una bendición o una maldición?
Hay quien dice que las almas que se han ido no tienen interés en la esfera terrenal, no mas que el que nosotros tenemos en las hormigas en el hormiguero. Pero yo no estoy de acuerdo. Yo creo que sí prestan atención.

 Calificación: 7/10 

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