100.- LOVE OF LESBIAN en Concierto de OCESA #Irrepetible
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El *Viernes 6 de Noviembre*, la banda española, *Love Of Lesbian*,
encandiló a todos los mexicanos que compraron un acceso para verlos en
directo gracias...
Realidad compartida VI Fantasía
Realidad
compartida
VI
Fantasía
Pasaron 4 cuatro años desde que
Brenda murió, mi vida no volvió a ser igual desde aquel fatídico día. Mis
amigos de la secundaria como algunos ya de prepa se preocupaban mucho por mí,
decían que estaba obsesionado y que necesitaba ayuda psicológica. En algunas
ocasiones intentaba salir con otras chicas; incluso antes de graduarme conseguí
salir con una compañera de otro grupo, pero siempre rompía mi relación a pesar
de que no existía algún problema en la relación, más bien el problema era yo y
no ella. Todo era difícil y amar otra persona se volvió algo imposible, el
sufrimiento era mío y por lo tanto no podía pensar en alguien más… una realidad
compartida con la persona que siempre ame.
Poco
a poco recobraba la conciencia, los rayos del sol se colaban en el
estacionamiento, como pude me incorporé, aún tenía el arma en mano y en mi
bolsillo derecho de la chaqueta los dos empaques de munición, por alguna razón
verifique cuantas balas contaba en la pistola y las que faltaba las tome de uno
de los empaques para así a completar y estar seguro que el arma estuviese
cargada por si los volvía a requerir. La sensación era distinta aun así estaba
solo en el estacionamiento, mire alrededor y después en el suelo y ahí estaba
el ramo de flores que olvide en la estación del vigilante del estacionamiento,
cheque el reloj y aún era la 1:35 pm, por alguna razón un poco extraña sabía
que estaba a tiempo.
Ya
no tenía nada que hacer en el estacionamiento, así que decidí caminar, mientras
lo hacía pensaba en aquella mujer, claramente ella me dijo que eran las rosas
que me pidió y también sabia mi nombre, casi estaba seguro que ella estaba
detrás de todo esto, pero que ha sido todo eso, los desmayos, esos lugares
raros, las pesadillas y las dos criaturas que he tenido que combatir, no quiero
sonar incrédulo, pero es como si todo esto tuviera algo de paranormal.
Saliendo
del estacionamiento la luz del sol me trajo tranquilidad y por un momento me
sentí en paz conmigo mismo, como si me hubiera liberado de todo lo malo. Camine
en la banqueta y mientras escuchaba el sonido de los autos y las personas que
transitaba a mi alrededor, esa tranquilidad estaba desapareciendo poco a poco,
algo malo estaba por ocurrir y no sabía que más iba a ocurrir. Solo sabía que
las respuestas las hallaría llegando a mi punto de reunión.
Llegando al cruce me llego antiguos recuerdos
que estaban cubiertos por el olvido, pero ahora después de siete años las cosas
habían cambiado, aún estaba la dulcería el lugar de reunión el cual se
convirtió una tragedia. El semáforo dio luz verde y los vehículos del cruce se
detuvieron como seña de dar paso a los vehículos que pasaban en frente de ellos
y los transeúntes, el sol estaba ya casi en su clímax, era como aquel día de
hace siete años, recuerdo que también era un día caluroso y con tráfico, pero
la diferencia es que ahora es diferente, tengo una cita, pero esta vez es con
el destino.
Cruzando
la calle mire que alguien me estaba viendo desde la dulcería, mi mirada enfoco
que detrás de aquella ventana de la dulcería había alguien asomándose y como
siguiendo mi trayectoria después de la nada desapareció, llegando al otro
extremo de la calle e incorporándome en la banqueta me quede en la esquina de
la dulcería y así estuve cierto tiempo esperando, hasta que el calor me
sucumbió y decidí entrar en la dulcería con la intención de comprar algo que me
calmara la sed y sobretodo que me refrescara y así asegurarme de la otra
persona que me estaba viendo detrás de la ventana con la distancia no pude
distinguir si se trataba de esa extraña mujer y además nadie ha salido o entrado
en la tienda.
Entre
en la dulcería y se escuchó la típica campanita cuando se abre la puerta dando
a entender de que un cliente ha entrado, el lugar estaba desolado a pesar de
que era entre semana. — Disculpe a alguien que me pueda atender— no obtuve
respuesta mire un poco la tienda y me di cuenta de que no había nadie, solo
estaba yo, podía haber jurado de que cuando cruzaba la calle había alguien
viéndome en la ventana, pero nadie ha salido o entrado después de quince
minutos, esto sí que es extraño, algo no está bien. Mire un poco más la tienda
antes de salir y ahí en el estante donde estaban todo lo relacionado a
chocolates y bombones estaba el dulce preferido de prenda era unos chocolates
los cuales estaban rellenados con rompope, además de tener cacahuate, pequeñas piezas
de cacahuate envolvían aquel mangar.
El
lugar está vacío, es mejor salir…— Ya te vas, pero aun no me has comprado nada
— una voz suave y hermosa se escuchaba
detrás de mí y volteé la cabeza para ver si se trataba de aquella persona y si
efectivamente era ella, solo que en esta ocasión usaba un pantalón de mezclilla
color azul marino, una blusa que mostraba el alce de sus pechos color verde
limón y una pequeña chamarra de cuero color negro azabache por momentos me
sentí atraído por ella, no solo por su belleza sino también por su provocativa
figura y la vestimenta que usaba.
— ¿Quién
eres? ¿estas detrás de todo esto?, pero sobre todo que está pasando.
— Aun
no lo sabes… estas dentro de tu subconsciente y todo lo que has visto y vivido
es porque tú mismo lo has creado.
— Pero…
yo — no podía entender las palabras de aquella mujer.
— Alan,
creo que te había dicho que el tiempo borro tu memoria y triste es que no sepas
quien soy. Te suena el nombre de Brenda.
— ¿Cómo?
— por un momento quedé paralizado y me empecé a sentir mal como en las demás
ocasiones y un extraño golpe sonoro como el choque de un vehículo empezó a
aturdirme, es como si las escenas del accidente de Brenda pasaran delante de
mí.
— No
eres capaz de olvidar — Brenda, acaso esa mujer que esta parada enfrente de mi
es Brenda, así es como se hubiera visto después de siete años, casi me es
irreconocible, pero puede ser ella. — la oscuridad se alimenta de tu soledad y
arrepentimientos. Alan para él es como si fueras su fuente de energía. No
podrás aguantar tanta depresión, el día es cálido, pero en tu alma es como si
fuese un invierno que a cubierto tu corazón. El mundo de fantasía se está
empezando a completar y no solo tu sino la ciudad se cubrirá dentro de ella.
— Espera
a que te refieres con eso, si realmente eres tu porque me haces tanto daño. Mi
intención no fue llegar tarde, perdóname no quise llegar tarde, si hubiera
llegado a tiempo aun estarías a mi lado.
— Si
sobrevives te veré en el mundo de fantasías Alan, solo procura no llagar tarde
y trae contigo el ramo de flores que te pedí.
Poco
a poco el dolor empezaba a desaparecer y pude levantarme bien, en cambio Brenda
caminaba por la puerta que da acceso a los empleados detrás de la mesa donde
está el cajero y antes de abrir la puerta voltio a verme y señalando con el
dedo índice apunto donde está el baño y saliendo de ella una persona salió con
la cabeza colgando de su hombro, pareciere que le había cortado el cuello a
medias era una escena aterradora y después se escuchó como la puerta donde
estaba Brenda se cerró por completo.
El
monstruo se me acerco a gran velocidad y tomándome del cuello me levanto como
si no tuviera peso, tenía el uniforme de un vendedor de dulce y su cabeza
colgaba a un lado y con su mirada me observaba, una mirada vacía y borrosa, era
como el de un muerto de un zombi.
Su
fuerza era tremenda y la pistola estaba metido en el cinturón del pantalón,
solo contaba con el cuchillo de frutas era la única cosa que estaba a mi
alcance, decidí probar suerte y sacarlo de mi chamarra aun que le cause poco
daño quizás tenga posibilidades de zafarme antes de morir asfixiado, solté una
mano y busque el pequeño cuchillo de frutas y en seguida se lo metí en su
cráneo, pero nada después intercambie el cuchillo a mi otra mano con la
intención de cortarle el resto del cuello ahí fue cuando me soltó y en seguida
cayó al suelo convulsionándose, el ramo de rosas estaba en el suelo y el
cuchillo de frutas estaba totalmente ensangrentado, pero al cortarle el cuello
no vi que le saliera sangre, exhausto caí al suelo.
Era un atardecer y los niños
empezaban a salir de la escuela, me senté en el parque y me dispuse a comer un
pequeño refrigerio, al terminar solo quedaba otro envase el cual contenía fruta
picada y en ella el cuchillo de frutas que usé para córtalas en pequeños
trozos, pero antes de comerla escuche un grito que se ahogó en instantes, al
principio no hice caso, pero algo dentro de mi empezó a incomodarme, así que me
propuse a investigar el lugar donde provenía aquel grito así que tome mis
pertenecías y decidí a indagar, mi sorpresa fue que alguien estaba detrás de un
amplio depósito de basura, solo se podía observar sus pies al acercarme con
cierto sigilo vi que se trataba de un hombre que abusaba sexualmente de una
menor, como pude lo tome del abdomen, pero con su fuerza me empujo, él era un
poco más grande que yo, pero al ver su rostro me quede paralizado era el mismo
que ocasiono la muerte de Brenda, el mismo que soborno para obtener su libertad
y ahora el destino me daba otra oportunidad de exigir justicia. El trato de
escapar, pero yo no lo deje ir fácilmente, lo odiaba con todas mis ganas.
— Hijo de perra suéltame.
— No te dejare ir tan fácilmente,
porque tu mataste a mi novia, jamás te lo perdonare y no dejare que lo que le
acabas de hacer a esa niña, esto no quedara impune.
— Pero que dices… acaso te conozco
mocoso.
Como pude saque el cuchillo de frutas
y le corte la garganta el trato de luchar, pero entre más lo hacía más le
perforaba el pequeño cuchillo en su garganta. El solo me veía y le dije — jamás te lo perdonare esta vez no te
saldrás con la tuya. Hace cuatro años atropellaste a una persona en la avenida
Carmen con esquina a la calle san Jorge.
— Tu eres…— no pudo articular más
palabras, en su boca comenzaba a salir sangre y en poco tiempo su vista se
nublo, sabía que estaba muerto y sin más lo solté.
Desperté
y en el reloj que colgaba en la tienda marcaba las 2:30 pm ya era tarde y
decidí salir de la tienda, pero la puerta estaba bloqueada por estantes de la
tienda y sin más me mareé, pero en un corto plazo y el lugar de la dulcería
había cambiado por completo, era la misma tienda solo como si hubiera pasado
más de cien años, la luz de la dulcería bajo y contrabajo podía distinguir,
saque en la linterna y en el suelo estaba el ramo de rosas y el cuchillo de
frutas, los tome y en donde estaba el estante de despacho había sangre que
formaba un pequeño camino hacia donde vi por última vez a Brenda. Posiblemente
a eso se refería Brenda por eso me enseño donde tenía que verla, no solo yo
sino algo una fuerza paranormal esta consumiendo mi alma y desea que concluya
con todo esto. Caminé por aquella puerta y al entras me volví a sentir mareado,
pero fue algo fugas, una vez adentro estaba en lo que Brenda llamaba como el
mundo de fantasía, era una habitación lúgubre, con poca iluminación y al final
de la habitación estaba un machete y a lado una puerta de un color que
resaltaba más que la habitación y a lado otra puerta la cual se empezó abrir y
en ella salió el mismo hombre que vi desde un principio, una persona alta y
delgado, con una bata sucia de sangre y una cabellera larga y sucia y en su
mano derecha un machete con sangre u oxido. Era como estar enfrente de mí, un
reflejo de mí mismo.
No te pierdas el último capítulo de
Realidad compartida el martes 16 de enero
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