Mujer XVIII Final (Primera parte)



Pasaron varios días desde que me recuperé del golpe que recibí y aún seguía sin entender bien que fue lo que realmente paso, ¿Sofía escapo sola del hospital y cuáles fueron sus motivos? Y sobre todo quien fue el quien me golpeo en la cabeza, podría ser la persona que ayudo a Sofía. Los policías investigaban y nadie entendía como Sofía pudo salir del hospital sin que nadie la viera, eso significaba una cosa alguien la pudo haber ayudado el oficial Raúl Pérez interrogo a la familia de Sofía, al igual que a sus amistades más cercanas, lo único que había de pista fue un bastón el cual utilizaron para golpearme en la cabeza, el médico me dijo que había corrido con buena suerte ya que el golpe fue duro y cualquiera pudo a ver muerto con semejante golpe. Me olvide por un momento de Sofía y lo días que pase inconsciente y recordé lo que me habían dicho, Sofía estaba esperando un bebe, era algo que me sorprendió y sabía bien que él bebe no era mío. A caso eso hizo que Sofía escapara, aun así, no tenía el valor suficiente de preguntarle y más su estado de amnesia me hacía dudar más sobre ella, creí que la conocía, pero ciertos secretos y motivos ella guardaba silenciosamente.



Pasaron dos días y nadie tenía noticias sobre el paradero de Sofía. Al siguiente día me dieron de alta y abandone el hospital. Cuando Salí de aquel lugar escuche algunos pasos, voltee para ver quién estaba detrás de mí y era el oficial Pérez.



— Hola, ya te sientes mejor. Tenemos algunas cosas de que hablar— mientras lo decía mostraba sus manos con señas de invitación a lo que él decía, simplemente lo di como un hecho al mover la cabeza.



— Y de que se trata oficial, en que le puedo ayudar— mientras le decía eso tenía la sensación de que algo me iba a sorprender.



— Bien, como sabes— Tomo un ligero respiro y prosiguió— No sabemos el paradero de su novia y no tenemos muchas pistas, pero; al parecer ella escapo con ayuda de alguien el cual es un hombre de uno setenta de estatura y posiblemente es una persona que forzó a Sofía en abandonar el hospital. Un testigo vio a dos personas discutiendo por el parque que está a unas cuadras del hospital—. Volteo a verme y dijo—. Es el mismo parque donde te encontramos aquella noche, el testigo nos comentó que era en la tarde cuando paseaba a su perro cuando encontró a una mujer que según su descripción podía ser Sofía, discutiendo con un hombre el cual llevaba una sudadera azul fuerte y una gorra color verde bandera, solo que el testigo no pudo escuchar de que discutían ya que el perro ladro y se percataron de que estaban siendo observados por el testigo decidieron irse del lugar.



Solo pensaba en aquella persona que pudo a verse llevado a Sofía, pero cuales era sus motivos, quizás me dije, era el verdadero padre de esa criatura.  



— Y su testigo pudo describir a la persona que acompañaba a Sofía, pudo identificarlo.



— La verdad es que cuando paso eso el testigo decidió caminar e ignorar a la persona, así que no pudo ver bien la cara de aquella persona. Por eso pensé que usted podía decirnos algo sobre eso, ya que todos los conocidos como sus familiares no pudieron a ver sido cada miembro de la familia tiene su cuartada, las cuales ya fueron revisadas y comprobadas. Y sus amigas no saben nada de aquel hombre ya que la única persona que conocen es a usted.



— Si, pero… no se no conozco a otra persona más que…—. Mi mente quedo en blanco y mi cuerpo se paralizo un poco. Puede ser que… no lo puedo creer.



— Le sucede algo—. Pregunto el oficial Pérez, con extrañeza y me observo de manera indefinida.



— Hay alguien más… su amigo de la infancia Eduardo.



— Con que Eduardo y usted son los únicos hombres que conocen a Sofía, leí su reporte médico y me enteré que fue golpeado fuertemente hasta perder la conciencia y de ahí no supo que fue lo que le había pasado a Sofía. ¿Cierto?



— Si, es verdad eso. Me enteré de algo y volví a la habitación de Sofía y no había nadie más que ella, pero su mirada era fría, no era mi Sofía, la Sofía que alguna vez amé.



— Usted dijo algo—. En ese instante saco una pequeña libreta de hojas color marrón y un bolígrafo negro con una etiqueta dorada en medio.



—¿Como? —. Pregunte.



— Si; usted lo acaba de mencionar que algo se había enterado, se trata de su novia.



— Cierto, me entere que Sofía esperaba un bebe, pero…—. Mi garganta se secó y algo muy dentro de mi intentaba salir. — Él bebe que ella esperaba no era mío, eso lo sé bien. Y siento que eso puede de alguna manera relacionado con la otra persona, pero si Sofía se la llevaron a la fuerza, porque nadie se dio cuenta.



—Eso se debe que en unos de los basureros del parque había una bata y un gafete con un nombre falso y pensamos que la persona que se llevó a Sofía fue alguien quien uso esa vestimenta para facilitar su acceso libre por todo el hospital y así sacar a Sofía sin ser visto. En donde viví ese tal Eduardo, antes de que pasara todo esto tratamos de comunicarnos con e incluso fuimos a su domicilio, pero nunca lo encontramos.



— usted piensa que él podría ser el culpable, es el amigo de la infancia de Sofía y alguien que ella siempre ha confiado incluso… incluso ambos trabajaron en esa tienda de textiles; pero…



—En estos casos no hay peros solo que hechos y pistas y trataremos de seguir investigando más a fondo. Pero si usted quiere puede ir a descansar.



Me despedí del oficial Pérez y fui a mi casa, pero preferí ir a la casa de Eduardo para saber de más de él, pero llegando a su casa no había nadie parecía que la habían abandonado. Cuando bajé por unas escaleras vi a Eduardo manejando un vehículo que antes no había visto y se dirigió hacia una zona donde de adolecentes jugábamos o simplemente íbamos a ese lugar para acampar, era un lugar montañoso y con muchos árboles. No era un lugar muy lejano de la casa de Eduardo, así que decidí caminar para ver que tramaba.



Mientras caminaba por la zona me percate de el vehículo que estaba manejando Eduardo, pero no había nadie. Mas a lo lejos observé una pequeña cabaña, un poco descuidada y decidí ir hacia ella, pero mi mente quedo en blanco. Con la mirada perdida sentía que algo o alguien me arrastraba, con cierto esfuerzo. Cuando pude observar mire que estábamos adentro de la cabaña que había visto, aún estaba algo aturdido y solo sentía una soga que apretaba fuertemente mis manos. De pronto vi que alguien se paró enfrente de mí y lo miré, a pesar del golpe mis ojos no daban crédito de lo que estaba viendo.



—Mira mi amor, un conocido vino a verte. Qué bueno que llegas Tomás por un momento pensaba en irte a buscar, pero me has hecho un gran favor en venir.


No te pierdas la segunda parte de Mujer y su gran final.     

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