Mujer VIII (Capitulo Especial)


VIII

Cuando dieron las 6:30 P.M. tomé las llaves del coche y una sudadera color naranja la cual estaba en el archivero, después Salí rápido de la oficina e hice todo lo posible para despedirme de mis compañeros de trabajo, cruce por una rejilla que estaba semi-abierta para dar justo por la puerta principal de salida, cuando uno de los vigilantes vio que iba hacia esa dirección, presiono un botón para que la puerta se empezara abrir automáticamente, ya una vez afuera cruce hacia la salida donde estaba el mismo policía que había apuntado.
—¿Ya joven? — Dijo el policía mientras checaba algunos oficios que tenía en la mano izquierda.
—Listo, ahora ir a descansar— Le dije con una sonrisa, pero al mismo tiempo algo ansioso de salir de aquel lugar.
OK, ya a descansar, mañana nos vemos­— Dijo mientras se rascuñaba la cabeza.
Cuando Salí fui hacia el coche; entre y antes de que lo encendiera, tomé el celular que lo tenía en el bolsillo derecho y empecé a marcarle a la mamá de Sofía, pero no obtenía respuesta; siempre me mandaba a buzón de voz. Me quede en la expectativa luego reaccione y puse una mano hacia el volante y di marcha el coche. Mientras manejaba miraba el reloj y notaba como si el tiempo transcurría más deprisa y en ocasiones más lento. Me sentía un poco fatigado y desesperado.
Cuando por fin llegue al hospital y cheque los horarios de visita y vi que el ultimo era a las 8:40 P.M. aún quedaba 16 minutos para que empezara la hora de la visita; después de eso solo quedarían los familiares que deberían de hacer guardia en los dormitorios donde estaban sus familiares. Espere y sentí que el tiempo era una eternidad como si los minutos fueran horas; mientras sacaba un cigarrillo recordé la llamada y volví a ver el teléfono y trate de nuevo en marcar, pero nadie me contestaba parecía como si el teléfono estuviera apagado. Mientras miraba las estrellas de la noche recordé el motivo de porque estaba aquí. Cuando me dirigí a la entrada del hospital vi que los familiares de los pacientes ya no estaban. —¡Rayos! Como pude olvidar el motivo de estar aquí—. Cuando llegue a recepción para dar los datos a la persona que quería visitar la recepcionista me había dicho que ya había alguien en la habitación de Sofía. Me quede casi como medio minuto pensando quien se me había adelantado; cuando regrese en si solo le pude decir gracias a la recepcionista. Salí del hospital un poco molesto.
Después de veinte minutos afuera del hospital; empezaron a salir los familiares y me puse en la puerta para ver si reconocía a alguien entre esa multitud y de pronto vi a la mamá de Sofía y a Ana una prima y muy amiga de Sofía. Fui hacia ellas y la mamá de Sofía voltio y dijo.
—Hijo, que gusto verte ¿Qué estás haciendo aquí?
—Vine a ver a su hija pero; ya no me dejaron entrar.
—Pero… que pena trate de marcarte para decirte que Sofí… mostro ciertos impulsos lo cual es algo positivo—Dijo con una sonrisa y cierta emoción que hizo que mi estado emocional cambiara.
—Eso es bueno, sabía que se pondría bien— Lo dije esperanzado y movía la cabeza como asentando en la buena noticia que acababa de escuchar.
—Qué bueno que mi prima se esté mejorando; cuando se recupere y recobre la conciencia le haremos una gran fiesta— Dijo Ana una chica muy amigable y con una personalidad que me impresionaba ya que desde que la conocí, siempre mostro una empatía y una unión hacia los demás.
—cambiando un poco del tema le trate de marcar pero no me contestaba—. Le dije a la mamá de Sofía y ella se impresiono un poco y saco su teléfono de su abrigo color azul marino.
—Si es cierto perdóname, a esa hora estábamos hablando con el medico que está viendo el caso de Sofía y no te pude contestar y después como estaba sola le hable a Ana para que me viniera a recoger, pero como no sabía cómo llegar le mande mi localización por Whats y eso consumió lo poco que tenia de batería de mi teléfono.
—No se preocupe mañana vendré a ver a su hija mientras tanto iré a descansar; este día fue muy pesado en mi trabajo.
—Como no hijo ve a descansar y que bueno que me avisas para decirle a mi otra hija que no venga mañana y así puedas estar con Sofí… un rato a solas— Dijo la mamá de Sofía con un profundo alivio.
Las acompañe hacia el estacionamiento para asegurarme que se fueran con bien y tanto la mamá de Sofía y Ana se despidieron con un beso de mejilla y se fueron. Después caminé un poco en donde estaba un puesto de taquitos y me propuse en comer algo y así tener que ir a la casa solo a descansar y no tener que preocuparme en lo que tenía que preparar para cenar. Cuando terminé de comer; recordé que mi verdadero propósito de visitar a Sofía era para ver desde su ventana, cosa que ya no pude; así que caminé por un rato y me dirigí hacia el parque el cual estaba casi todo oscuro, había muy poco alumbrado y casi no se podía ver nada y sobre todo donde estaban los árboles y arbustos. Así que creí que era una mala idea tener que sentarme en uno de los bancos de aquel parque; ya que el lugar era un poco desolador y con el viento que hacía y el ruido de las ramas moviéndose con el viento me daba una mala espina en estar en aquel lugar. Así que decidí retirarme ya que en las tardes ese parque se veía más hermoso, más familiar que ahorita en la noche, cuando realmente me decidí a caminar escuché una voz que puso mis pelos de punta; era una voz femenina pidiendo auxilio.
  
  Continuara…

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