Mujer VI


La habitación quedo en un profundo silencio después de que saliera la doctora Ángela. La habitación era totalmente blanca las paredes al igual que el techo. Las sabanas y la cobija que ligeramente cubría el cuerpo de Sofía era al igual blanco, ese color blanco que irradiaba la habitación era una experiencia de esperanza y más aún lo pensé porque había una ventana al lado de ella la cual el calor de los rayos del sol que iluminaba su rostro daba la impresión que se iba a despertar. La ligera corriente de viento que entraba a la habitación hacia que el cabello lacio de Sofía se moviera de un lado a otro, realmente se veía tierna en aquel profundo sueño que la tenía prisionera.

Ese sentimiento que como soga al cuello me impidió respirar con normalidad era como si me hubiera conmovido ante ella, no sabía si era lo correcto sentir lastima o pena. Mi mente quedo en blanco y de pronto una imagen apareció en mi mete. Una voz dulce, suave…

***

—¡Tomás hazme caso despierta!

—¡Eh! Sofí… dios parece que todo fue un sueño. —Suspire de alivio

—Pero que dices cual sueño, no te entiendo ¿Porque te quedaste dormido? Me habías prometido que estarías conmigo, pero; nunca creí que te quedarías dormido tanto tiempo, acaso ya no te importo.

—Te equivocas realmente me importas, eres lo que siempre quise. No pasa nada solo estaba descansando un poco. —empecé a brotar mis ojos y a bostezar fuertemente que casi se me salía mi alma, era como si mi cuerpo se liberada de una pesada carga. Luego volteé y vi a Sofía mirando hacia lo lejos un bello pastizal, luego voltio a verme y me dijo.

—Te gustaría ir, vamos aun es buena hora para ir.


Sofía me tomo del brazo y sin más fui con ella sin poner alguna resistencia. Cuando llegamos ella se quitó el calzado y empezó a caminar en el pasto.


—¿Sabes? — Me dijo Sofía con una sonrisa la cual jamás había visto. — Me gusta el olor a pasto húmedo es tan bello su color; es como si fuera autónoma de todo paradigma que se haya creado por lo demás.

—Pero; sin tan solo es el pasto que estas pisando, porque crees que…


***

—Tomás se acabó la hora de la visita.

Que fue todo eso, era tan solo un sueño. Me habré quedado dormido no puede ser. Cuando volteé vi de nuevo a la doctora Ángela la cual me había preguntado si me encontraba bien.

—Te encuentras bien Tomás deberías de ir a casa a descansar un poco, tal vez se te bajo la presión.

—Si doctora quería estar un poco más con Sofía, pero ya no tuve tiempo de platicarle todo lo que quería decirle.

La doctora me miró fijamente y me dijo.

—No hay problema. Podrás venir otro día, de todas maneras, si tenemos alguna noticia te lo comunicaremos a ti y a su familia de ello no te preocupes.

—Gracias por todo lo que hace por su bienestar le encomiendo la salud de mi novia esperando que se mejore.

Sin más abandone el edificio camine a una cuadra para espera el autobús y enfrente había un parque muy colorido, pero en la parte de la izquierda había un espacio totalmente libre, solo el pasto cubría ese lugar. Se parecía mucho a la de mi sueño y sin más vi a dirección al hospital y pude ver lo que podría ser la habitación de Sofía justo ahí la ventana que da a su cama. Luego mire bien y parecía que alguien miraba en esa venta y de la nada cerro las cortinas era la misma dirección a este parque. No estoy seguro si fue un sueño o si realmente Sofía me trato de decir algo (Realmente que estoy diciendo).


Mañana trabajare así que en la noche tendré tiempo de ver de nuevo a Sofía y tratare de mirar por aquella ventana hacia la dirección de este parque para comprobar si mi teoría es cierta.


Continuara…



Todos los martes se estrenará un capítulo de Mujer.

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